Fue el partido más largo de la historia…y en el que más disfrutamos. Porque cerrar una temporada sin la presión de la última jornada, con el éxito de la Champions conquistado días antes…es algo que está al alcance de muy pocos. Todo esto se merecía una gran fiesta. Y vaya si la hubo.
Desde primera hora de la tarde centenares de familias, amigos…se lo pasaron en grande en la Fan Zone instalada para la ocasión, en el concierto de Keler Espazioa, con los juegos y el ambiente en el césped…y, por supuesto, con el emotivo colofón del final. Ocho horas de jolgorio en el Reale Arena…y lo que, posiblemente, vendría después. ¡A disfrutar!