RECUERDOS DE GUERRA Y FÚTBOL

“La Real también me ayudó a convivir con la guerra”

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Llegó a Donostia y a la Real en el verano de 1991, John Toshack le fichó justo antes de que en su país estallara la Guerra de los Balcanes. “Me mandaron al Hotel Monte Igueldo y al día siguiente cuando me desperté y vi el paisaje me di cuenta de que ésta era mi ciudad”, se sincera Meho Kodro. Los siguientes años se convirtió en uno de los referentes de la Real de los noventa, con 146 partidos y 81 goles anotados. Pero el camino no fue fácil, ya que Meho tuvo que afrontar unos años muy complicados en lo personal con la guerra de su país. Es la cara menos conocida del ex jugador txuri urdin, que ayer desveló en ‘Recuerdos de Guerra y Fútbol’ en la entrevista concedida a Ander Izagirre en el auditorio del Reale Arena.

“Yo nací en Mostar, Yugoslavia. Una ciudad especial, con mucha costumbre de convivir con otras culturas, etnias y religiones. Pero eso nunca fue un problema”, arranca Kodro. Fue un chico más de Mostar, con una infancia muy bonita. “Iba al colegio, tenía amistades, sueños,… las cosas que les pasaban a todos los niños. Nunca tuvimos ningún problema, era algo que no se veía venir, igual de niño no ves toda la realidad”, afirma Kodro. Alternó los estudios con el fútbol, y pronto cumplió uno de sus sueños: jugar en el Velez Mostar. Entrenó duro, aprendió mucho de una “liga top como la yugoslava” y antes de que estallara la guerra abandonó su país para probar suerte en la Real.

A pesar de encontrarse con una gran ciudad y un gran equipo los inicios no fueron fáciles para Meho debido a las lesiones. “Yo sé que vengo de fuera y necesito mostrar al momento que soy bueno. Pero me lesiono y recaigo. Toshack me llegó a decir que de seguir así me mandaba a Dubrovnik”, ironiza el bosnio. No tardó en darle la vuelta y una vez se recuperó de la lesión consiguió marcar su primer gol, nada menos que en el Santiago Bernabéu. “Ese gol sirvió para calmarme un poco y ganar confianza”, se sincera Kodro. A partir de ese momento la trayectoria del bosnio fue imparable, tuvo que hacer frente a defensas y rivales, pero también luchar contra la pesadilla de la guerra en su país. 

“Entré en shock cuando comenzó la guerra, al principio no lo entiendes. Después te llega el miedo, porque las familias y amigos estaban allí, en Bosnia”, relata Kodro. A miles de kilómetros de su país Kodro decidió apoyarse en la gente de alrededor, en el club y en los compañeros de equipo. “Tuve suerte de contar con esa gente y con el apoyo de la Real, me ayudaron a convivir con la guerra. La Real y yo nos necesitábamos”, afirma el ex realista. Para Kodro la llegada del nacionalismo en la zona, junto con otros factores, fue lo que ocasionó un enfrentamiento que todavía perdura en Bosnia. “La guerra deja odio, la reconciliación no se puede conseguir sin la verdad histórica. Mis hijos y los hijos de mis hijos vivirán la consecuencia de la guerra. La paz todavía no ha llegado a Bosnia”, admite Kodro.

La sesión de ayer también contó con la presencia de los ucranianos Oleksiy Nikitin y Denys Makyeyev, de la Asociación Lira de Ucrania, dedicada a fomentar los vínculos entre los pueblos vasco y ucraniano. Fue una interesante conversación en la que ambos relataron tanto la realidad que viven en Donostia como la de sus familias en Ucrania. Meho Kodro quiso referirse al conflicto que se está viviendo en Ucrania y afirmó que “no aprendemos de los errores y lo tenemos de vuelta otra vez. No pensaba que después de lo de Bosnia fuera a ocurrir otra vez. Pero en una guerra no te puedes quedar neutral, todos deberíamos levantar la voz cuando hay inocentes que sufren una injusticia y los deportivas también deberían levantar la voz”. Palabra de Meho Kodro, deportista y jugador de fútbol que tantas alegrías nos dio en la Real.


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